El pasado martes, Fuentenebro acogió una jornada técnica sobre la Polilla del Racimo, un evento pionero en la Ribera del Duero por su enfoque colaborativo entre diversos municipios y entidades de la comarca. Organizada por los Ayuntamientos de Aldehorno, Fuentenebro, Honrubia de la Cuesta, Moradillo de Roa y Pardilla, junto con la Asociación Amigos del Alforjillas y la empresa Biogard, y con la colaboración del Consejo Regulador de la Ribera del Duero, la jornada reunió a más de 30 agricultores comprometidos con la sostenibilidad y la calidad de sus viñedos.

Alberto Tobes, responsable técnico del Consejo Regulador, abrió el acto subrayando la singularidad de esta iniciativa. Destacó que es la primera vez que una zona tan amplia de la Ribera del Duero trabaja de manera conjunta para abordar un parásito como la Polilla del Racimo. También resaltó la importancia del uso de tratamientos respetuosos con el medio ambiente, que contribuyen a la excelencia de las uvas producidas en la región. “La colaboración entre municipios y el enfoque sostenible son clave para garantizar la calidad y el futuro de los viñedos de la Ribera”, afirmó.

A continuación, Alejandro Narvaiza ofreció una detallada explicación sobre la biología de este parásito, su impacto en las cosechas y las estrategias más eficaces para combatirlo. Narvaiza dedicó especial atención al método de confusión sexual mediante feromonas, un sistema que reduce significativamente la población de la polilla al impedir su reproducción, todo ello de forma respetuosa con el entorno. Su intervención despertó un animado turno de preguntas, en el que los asistentes mostraron gran interés por la aplicación práctica de estas técnicas.

La jornada concluyó con la presentación de la iniciativa de los Viñedos de Altura de la Ribera del Duero, que fue recibida con gran interés por los viticultores presentes. Este proyecto busca poner en valor los viñedos situados a mayor altitud, destacando su aporte a la calidad y el prestigio de los vinos de la región.

El evento finalizó con una distendida charla entre los participantes, acompañada de una degustación de vinos de la Ribera del Duero y pinchos elaborados por Begoña en el restaurante El Rincón del Pasado.

Esta jornada marca un hito en la colaboración intermunicipal en la Ribera del Duero y refuerza el compromiso de la comarca con la sostenibilidad y la calidad vinícola.